sábado, 20 de noviembre de 2010

¡Verde... que te quiero Verde!

          Un nuevo día de viaje nos espera, ¡allá vamos Nicaragua!
Origen: San José. Destino: Ticuantepe.
Recorremos esta larga distancia disfrutando de nuevos paisajes que se presentan ante nosotros. El contraste con respecto a la vegetación de España es tremendamente notable. Árboles con troncos majestuosos, plantaciones tropicales y VERDE... ¡TODO VERDE! que fusionado con la luz del sol y el atardecer se convierte en un paisaje paradisíaco.

 Raíces que abrazan

          Nuestra primera parada es Puntarena, localidad bañada por el Pacífico, donde aprovechamos para mojarnos los piececillos... ¡que no se diga!. Ya podemos apreciar las estructuras de las poblaciones y sus viviendas... ¡todo es color y vida en la calle!. Casas coloridas e independientemente de su tamaño y calidad no puede faltar su porchecito y sus sillas.

 El coco pacífico

 El amor está en el agua

 ¿Estará dulce?

         Comemos en Liberia (capital de Guanacaste, región ganadera por excelencia), lugar que recordaré por el sabroso plato de arroz con pollo y cilantro (como no...).
La frontera con Nicaragua está proxima y ya se aprecia el contraste, las viviendas se empobrecen pero hay vida, mucha vida en sus puertas, familias reunidas disfrutando de una tarde de sábado. Bien podríamos tomar nota en los países que denominamos desarrolados e, incluso, "civilizados" (paradojas de la vida...).

          Llegamos a Nicaragua y, con ello, a nuestro centro en Ticuantepe. Con gran proximidad y calided nos abren las puertas de este sueño que no ha hecho nada más que empezar. El recibimiento es sorprendente y emocionante. Sonrisas, rosas, caballo bayo (plato tradicional), ron flor de caña y un grupo de folclore mariachi es la nota de presentación.
Agradecidos estamos por la acogida del pueblo nicaragüense, del que seguro recibiremos infinitamente más de lo que aportemos.
 
Caballo Bayo